Estas lluvias son una bendición para una tierra agotada como la que nos rodea.
Aparte del cambio climático, que cada año hace los veranos más inhóspitos, nuestra parcela está en territorio hostil, las Vegas del Guadiana, concretamente en la parte regada por el canal del Zújar.

Los datos sobre contaminación por nitratos y pesticidas en esta zona son preocupantes.
La Directora General del Agua en su Resolución de 4 de diciembre determina que las aguas subterráneas que se corresponden con puntos situados en las Vegas Bajas, Altas, Zona Regable del Zújar, Tierra de Barros y Zafra-Olivenza se encuentran afectadas por la contaminación o en riesgo de estarlo, por aportación de nitratos de origen agrario.
En el caso del canal del Zújar, los últimos datos de 2016 muestran que el agua de riego entra con 5,4 mg/l (miligramos de nitrato por litro de agua) y sale con una concentración de 68,67 mg/l, superando los valores de 50 mg/l para el agua potable que tiene valores ideales de 25 mg/l. Este agua contaminada va a desagüar a los acuíferos y al río Guadiana.
En medio de este panorama y entre las primeras gotas del día de hoy, hemos podido observar con alegría cómo nuestras zanahorias libres de fertilizantes y pesticidas químicos nos demuestran que, a pesar de todo, la vida sigue.
